sábado, 16 de julio de 2011

DISCIPLINA MILENARIA








YOGUINI SATELUCA
Por: Carolina Arteaga
Foto: Carolina Arteaga y Claudia Cabrera
Yoguinis: Sandy, Caludia, Julieta y Carolina.



Ciudad Satélite, proyecto urbanístico del arquitecto Manuel Pani*, entonces se planteó “una ciudad fuera de la ciudad” y la entrada de satelucolandia, se erigían Las Torres de Luis Barragán y Mathías Göeritz, iluminadas de colores, la escultura minimalista representativa de la zona norte, ahora “apartir de El Toreo**, todo es Satélite”.

Lo urbanidad no es un proyecto, es un concepto que se ha reafirmado en diferentes expresiones como el arte, la arquitectura y en este caso, las disciplinas milenarias como el Yoga. Siguiendo el camino de “Yoga Urbana” y “Cuerpo Inverso” de filmarse o retratarse haciendo posturas en las calles para subirlas a la red; tomamos fotografías con la mejor disposición, esperando cualquier cosa, escuchamos silbidos, miradas clavadas llenas de curiosidad, asombro y hasta de morbo. Salimos de nuestro espacio aislado, de nuestro nicho de meditación para construir posturas de yoga sobre el asfalto, adherirnos a las formas, las líneas, las curvas, para llevar energía positiva a cada paso.

El estrés provocado por el tránsito, contaminación, el ansia causada por la falta, por la necesidad de … dinero, trabajo, casa etc., hace más exigente la práctica de posturas corporales intencionadas al despertar de la conciencia. El estilo de vida del yogui urbano, difiere en algunas rutinas, después de todo somos yogui, yoguini de ciudad y no de templo, la vida citadina la circunda largas distancias que se ven embestidas de autos contaminantes, levantarse temprano para cruzar la ciudad, prepararse mentalmente al estacionamiento más grande del mundo, periférico, tal vez hasta decides dormir, comer arreglarte, en pocos casos leer.
Las jornadas laborales tan holgadas y la no planeación de alimentos nos lleva a meternos a nuestro cuerpo cualquier cosa que nos calma la tripa, pero de ninguna manera lleva nutrientes al cuerpo físico, el estrés, la depresión , entre otras cosas, nos empuja a injerir energéticos, desde uno, dos, tres cafecitos, pecsi, donas, que los taquitos de la esquina.
El yogui se adapta a la ciudad meditando mientras camina por las calles y al cruzar los puentes, canta mantras mientras maneja, y quizá se sienta en flor de loto en su oficina, tal vez tome café para estar más que despierto al meterse al tráfico, observa su espacio para adaptarse con una sonrisa, se acepta como es.
* 1954, Ciudad Satélite, una ciudad fuera de la ciudad. Torres de Satélite, Luis Barragán y Mathías Göerit.
**Aunque ya no existe el toreo, mi real imaginario lo sigue viendo.

1 comentario:

  1. Qué bárbara Carolina, están padrísimas. Con las asanas nuestra horrenda ciudad se vuelve bellísima! Shanti

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